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MI OPINION FINANCIERA DE HOY

ARMANDO VALERDI
avalerdir@hotmail.com
En el comentario anterior veíamos como se perfilan algunos de los riesgos que pueden afectar el
crecimiento económico a nivel global y que de alguna forma puede afectar en forma importante al
desarrollo económico y social de nuestro entorno económico actual y futuro. De esos riesgos
mencionados hay dos que siguen haciendo Eco, incluso se mencionaron en forma repetida en
la reciente reunión del Foro Económico Mundial que se realizó la semana pasada en Davos,
Suiza, y que se presentaron como preguntas que siguen inquietando a muchos; La primera es
¿qué va a suceder en la guerra comercial entre EU y China? La segunda es ¿qué va a suceder con el
Brexit?
En ambos casos, la respuesta común es “No sé sabe cuál puede ser su desenlace”, pero cualquier
rumbo que tomen, sin duda va a afectar el rumbo económico mundial. Lo que parece estar claro que
para tener alguna respuesta a cualquiera de las dos preguntas, tendremos que esperar hasta marzo
próximo.
Por lo que respecta a la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la administración Trump
estableció la fecha límite del 2 de marzo para que se lograra un nuevo acuerdo comercial con China.
Sin un acuerdo, Estados Unidos se ha comprometido a aumentar sus aranceles de importación al 25
por ciento, del nivel actual del 10 por ciento, sobre 200 mil millones de dólares en productos chinos.
Por lo que se refiere a la segunda pregunta, la fecha límite para que el Reino Unido abandone la
Unión Europea (UE) es el 29 de marzo. Sin un acuerdo, la posición por defecto es que se producirá
un “Brexit sin acuerdo”, en el que el Reino Unido se saldrá atropelladamente de la UE, lo cual llevará
a la imposición inmediata de aranceles, a la caducidad de los acuerdos legales existentes, y a un
aumento de la burocracia y de las regulaciones.
Sin duda ambos escenarios “sin acuerdo” son vistos con un horror casi universal por una
diversidad de empresarios, financieros, políticos, reguladores, académicos, celebridades,
estafadores y soñadores que se atropellan entre sí en los pasillos del Centro de Congresos de
Davos.
Una esperanza al respecto del caso en el conflicto comercial China-Estados Unidos es que ambas
economías comenzaron a mostrar debilidad económica y eso no es conveniente para ninguno de los
dos gobiernos, lo que puede llevar a que se sienten a negociar un acuerdo benéfico para ambos y
que a la vez no detenga la economía mundial, no obstante eso está por verse, sobretodo que en
estos tiempos en donde lo que consideramos racional o normal y que vaya de acuerdo con la
realidad, parece no importar.
Por lo que se refiere a nuestro país, es importante tomar en cuenta algo que no se esperaba, y es
que el incremento de precios en la primera quincena del año fuera de 0.11 por ciento, que es el
incremento de precios más bajo desde el mismo periodo de 2016, sobre todo que se esperaba
cuando menos un crecimiento de 0.26 por ciento. Fue menos de la décima parte del alza que hubo
en enero de 2017, cuando ocurrió el “gasolinazo”.
Esto es como resultado de que los precios de las materias primas –incluidas las gasolinas– han
venido a la baja, y en donde también hay que considerar que el precio del dólar también ha ido a la
baja.
El incremento de precios o inflación a escala anual se situó en 4.52 por ciento, pero además muestra
una trayectoria a la baja, esto es una buena noticia para nuestro poder adquisitivo.
Pero no adelantemos nuestro optimismo, porque de la otra cara de la moneda también se
presentaron datos del crecimiento económico de nuestro país, y aun cuando también es a la baja,

esa no es una buena noticia. Se dio a conocer que el crecimiento de la economía en el mes de
noviembre del año pasado fue de 1.7 por ciento.
La debilidad de la economía se puede encontrar en los datos que arrojó la industria durante
noviembre de 2018 que confirmaron las señales de desaceleración de la economía mexicana hacia
finales del año.
Indicadores como el IGAE (Indicador Global de la Actividad Económica) mostró pérdida de
dinamismo en el penúltimo mes de 2018 por lo que registró un avance de 1.73 por ciento anual, en
las cifras ajustadas por estacionalidad, de acuerdo el informe del INEGI.
Con ello, el desempeño de este indicador en el último mes de gobierno de la administración de
Enrique
Peña Nieto reflejó su nivel más bajo desde junio de 2018.
Dentro de este panorama hay que destacar algunos riesgos que sobresalen y que pueden complicar
aún más el comportamiento de la economía nacional como es el caso del deterioro de la industria
automotriz al cierre de 2018, menores pronósticos de crecimiento e inversión, alzas de precios en
ciertas materias primas y una mayor moderación en la generación de empleo, además el riesgo de
que las políticas sociales superen la disciplina fiscal y eso afecte las finanzas publicas.
Como podemos ver hay muchos riesgos, por lo que hay que dar seguimiento a su comportamiento
para evitar caer en ellos pero además no se nos debe olvidar que las oportunidades también están
presentes.
Gracias

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