Hola queridos amigos ¿ya listos para las vacaciones? Por supuesto que sí y hoy precisamente quiero platicarles de algunos riesgos que corremos cuando nos vamos de vacaciones y no me refiero a los accidentes automovilísticos sino a los riesgos que corremos cuando comemos de más o cuando pasamos muchas horas al sol tirados como lagartijas. Empezaremos diciendo que debido a la emoción de ya irnos de casa con rumbo al mar olvidamos cuidar algunos pequeños detalles como la comida, en algunos casos las mamás siempre atentas preparan unos refrigerios de manera higiénica pero como viajamos en el calor del carro las tortas o los sándwiches, el yogurt o la leche y sus derivados se van a descomponer muy fácilmente si los alimentos fueron preparados hace varias horas. Por lo que seguramente antes de llegar a nuestro destino empezaremos a sentir como una pelea de gatos dentro de nuestro tracto gastrointestinal, seguido por ganas de guacarear y de ir corriendo al baño más próximo. Ahí lo que seguramente sucedió es que los bichos proliferaron y produjeron unas sustancias llamadas toxinas que son las causantes de los signos y síntomas antes descritos. Bueno si no llevamos refrigerio y decidimos en el camino comer algo, debemos también tener cuidado y escoger un sitio que se vea limpio y pedir algo de comer que no se descomponga fácilmente, recordemos que generalmente en nuestro camino a la playa encontraremos a pie de carretera muchos changarros que no siempre cuentan con las condiciones de higiene mínimas. Cuando llegamos sanos y salvos a nuestro destino debemos cuidar de que no nos piquen los méndigos e infelices moscos, recordemos que en varias zonas de nuestro país con clima húmedo y tropical podemos encontrar virus como el dengue, el Chikungunya o el Zika, motivo por el cual debemos usar repelente, dormir con pabellón o buscar una habitación que tenga mosquiteros y aire acondicionado. Debemos ser precavidos no sea que de regreso nos llevemos a un feo virus que nos cause alguna de estas graves enfermedades. Si ya sobrevivimos a las comidas y los piquetes de moscos es necesario que no abusemos del rey sol, so pena de sufrir unas mega quemaduras en la piel, todos recordamos unas vacaciones en las que después de un ratote en la arena o en la alberca, la espalda, el cuello y la cara acaban rojos como camarón y después no podemos ni dormir del ardor y como dijera el músico y filósofo Juanga, “pero que necesidad para que tanto problema…” si bien podemos ponernos plastas de filtro solar y de paso proteger a nuestra piel contra el cáncer que cada vez es más frecuente, a pesar de que seamos morenitos no debemos confiarnos al cáncer de piel también le gusta de repente los morenazos de fuego y no solamente los güeritos desabridos. Finalmente tampoco debemos pasar tantas horas en el agua porque aunque no se note nos deshidratamos y luego sufrimos las consecuencias, debemos además de aplicar periódicamente bloqueador, tomar agua suficiente. Otro aspecto a cuidar es que muchas veces en las albercas vamos a encontrar a feos hongos que infectan la piel y ahí podemos adquirir una infección en las uñas o en la piel el famoso pie de atleta o también en piel una especie de manchitas, la enfermedad se llama Pitiriasis versicolor, que produce esas manchitas también conocidos como jiotes. Ante la aparición de cualquiera de estas infecciones lo mejor es acudir con un buen dermatólogo. Bueno después de tantas recomendaciones a mí solo me quede desearles que disfruten de estos bellos días de vacaciones.
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