- Inicio la Segunda Feria de Lectura y Escritura de la BUAP
Por Diego Cuautle
Para el escritor mexicano, Enrique Serna, es necesario desterrar varios prejuicios para poder adentra a los niños y a los jóvenes a la lectura, los cuales lamentablemente han sido reforzados por los antiguos programas de lectura en México.
Durante una charla titulada “Los Libros que Cambiaron mi Vida”, que dio en el marco de la la Segunda Feria para el Fomento de la Lectura y Escritura (FFyLees), de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), el autor de “El Miedo a los Animales” indicó que los “libros no son una vestidura, sino un alimento, y no se leen, sino se viven”, pues son indispensables en el desarrollo de las personas.
En este sentido, indicó que hay dos ideas bastante nocivas para el lector que los viejos programas de lectura de secundaria y prepa fortalecieron mucho en México, “creo que eso absurdo ya que no el maestro conocía perfectamente las obras, esos programas no buscaban despertar a los niños el interés por la lectura, creo que eso solo se puede hacer como un medio de entretenimiento tal y como ocurre con el cine, la música, es una invitación a hacerlo”.
Entre esos problemas, dijo, está el pensar que hace falta una preparación previa para leer a los clásicos como el Quijote que se debe aprender lo que ocurre en la época, creo que en la realizad es al rever, la puerta de entrada para conocer la España de los siglos de oro es el mismo libro, la puerta más atractiva es la de esa maravillosa ficción
“Si fuera necesario tener una idea de todas las corrientes literarias, saber identificar a los autores, el contexto histórico social, nadie se hubiera iniciado nunca como lector por lo que es importante desterrar ese prejuicio”, indicó.
La otra, comentó es creer que la lectura sirve para almacenar conocimiento y que nos convierte en unos eruditos para después poder presumir “parándose el cuello en una reunión con gente estimada”.
Enrique Serna subrayó que los libros no se leen sino que se viven, y nos pueden cambiar la forma de ver el mundo y provocar enormes sentimientos que hacen que sigamos creciendo y fortaleciendo o incluso cambiar nuestra forma de pensar.
Finalmente, consideró que las redes sociales son un mecanismo de comunicación afectiva, sin embargo, hacen que la gente se encierre en su propia ideología, pues en su círculo de amigos hay similitudes y eso no permite que conozcan los pensamientos de otras personas.
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