Por: Angulo Torres Melchisedech
Geografías filosóficas (y su política)
En la relación entre tierra y territorio se hace el pensamiento. La idea de giro copernicano kantiana pone en relación a la tierra con el pensamiento. La tierra es un suelo para el pensamiento en tanto originaria intuición, en tanto que está en reposo y no se mueve. El movimiento se confunde con la tierra. No puede decirse cual va primero. Hay tres elementos por lo menos que son condiciones para la política: sociabilidad, asociación y opinión para generar amistad o rivalidad.
Hay un plano Naturaleza- pensamiento en el que se inscribe una importante diferencia cuando aparece. Una proyección implica pensar sobre el plano de consistencia. El pensamiento proyecta el plano llenándolo de figuras y cubriéndolo. Sólo en ese punto de vista cabe pensar por figuras. Las nuevas proyecciones generan nuevos planos de pensamiento, naturalezas de cambios. Los primeros movimientos de transformación: la opinión, el amigo, el medio, son llevados al infinito impulsados por el plan de consistencia. La consistencia se binariza. Ya se piensa por conceptos y no por figuras. El plano de consistencia es llenado por el concepto. Hay concepto en la conexión y ya no figura en una proyección. La constitución del concepto consiste en la conservación de sus conexiones y conjugaciones. La regla del concepto es su vecindad interna y exterior. Las preguntas son importantes, en especial las preguntas de los conceptos de la creación. El concepto es consistente, vecinal y conectivo. Es preciso que la Filosofía, teoría y ciencia (política) dejen de ordenarse como las dimensiones de un mismo pensamiento proyectado. Las proyecciones sobre el plano son figuras, por el contrario los conceptos sólo implican conexiones y vecindades sobre el horizonte. Las figuras se aproximan a los conceptos en la medida en que tienden infinitamente hacia ellos.
Los problemas empiezan hasta que se llega al concepto. Sólo cuando se traicionan las políticas llegan a la fisura. Entre los conceptos y las figuras existen todas las diferencias posibles y una diferencia de naturaleza. Cabe hablar de una política oriental, espiritual, cristiana, social, filosófica en la medida que pensar proyecciones se hace sobre un plano de consistencia en el que pueden residir tanto conceptos como figuras. Este plano de consistencia, no es exactamente filosófico- político sino siempre pre- filosófico, pre- político. La política (como la Filosofía) no presenta una necesidad interna ni en sí misma. Ya no hay historia universal sino devenires contingentes. Para que naciera la Filosofía política fue precisa ya una acción en la consistencia. Fue necesario el encuentro del amigo y el pensamiento con la opinión. MD
