Katie Williams
Pearl se ha aprendido muy bien el discurso de la compañía para que los clientes se vayan satisfechos y confiados de la eficacia de esta maravillosa máquina. Apricity detecta cuáles son las necesidades de una persona para ser feliz a partir del ADN de las células de la piel bucal. La máquina da instrucciones muy sencillas y, algunas veces, muy extrañas a cada persona como: comer miel, comprar un perro de compañía, romper relaciones con tu hermano gemelo, comer mandarinas con más frecuencia o trabajar en un escritorio que reciba la luz natural de las mañanas hasta amputar una parte del índice derecho. Así de desconcertantes son las recomendaciones, pero su fiabilidad es del 99.7 por ciento.
El propio plan de satisfacción de Pearl, que incluía hacer figuras de modelado en 3D, parecía funcionar plenamente a pesar de que su esposo la había dejado por Val una mujer más joven y su hijo Reth, que estaba próximo a asistir a la universidad, había dejado de comer. La anorexia de Reth pone a prueba la felicidad de Pearl y de todos los personajes con los que se relaciona: Elliot y Val; Carter, su jefe y Calla una joven amiga, entre otros.
Pearl tratará de que Apricity le dé información de Reth para motivarlo a comer, mientras nos asomaremos a la vida del resto de los personajes para entender qué buscan y cómo buscan su felicidad. ¿La buscan realmente o se dejan llevar? En un mundo donde una máquina te dicta cómo lograr la felicidad, al final seguir el consejo o no es un decisión humana.
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