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Semilla del Futuro

ARMANDO VALERDI

avalerdir@hotmail.com

En el afán de la búsqueda de caminos que nos lleven a encontrar la semilla del futuro que nos conduzca al progreso, tenemos la posibilidad de tropezar, de encontrar obstáculos que nos impidan avanzar, o hasta confundir la vereda que debemos seguir, sobre todo en un entorno como en el que nos desenvolvemos actualmente lleno de complejidad e incertidumbre, por lo que es importante poder ver los obstáculos como oportunidad, aprender del nuevo juego que la vida nos está mostrando.

Marco Aurelio, emperador romano considerado el último de los cinco grandes emperadores, decía, “Nuestros actos pueden ser impedidos, pero no existe ningún impedimento contra nuestras intenciones o inclinaciones, porque somos capaces de adecuarnos y adaptarnos. La mente se adapta, y transforma para sus fines el obstáculo contra nuestro actuar. Lo que estorba la acción promueve la acción. Lo que se interpone en el camino se vuelve el camino”.

Ryan Holiday en su libro “el obstáculo es el camino”, menciona que “Cada obstáculo es único para cada uno de nosotros. Pero que las respuestas que suscitan son las mismas; miedo, frustración, confusión, desamparo, depresión, enojo”.

Además, debemos considerar que los obstáculos pueden ser mentales, físicos, emocionales, o percibidos, y que es necesario tener claro que “vencer obstáculos es una disciplina de tres pasos capitales, que comienza con la forma en que miramos nuestros problemas específicos, con nuestra actitud o enfoque; y prosigue con la energía”.

Debemos tener claro que con la creatividad con que acometamos los obstáculos los convertimos en oportunidades, y con el cultivo y mantenimiento de la voluntad interior nos permita manejar la derrota y la dificultad.

Pero además Holiday nos recomienda utilizar las tres disciplinas interdependientes, interrelacionadas y fluidamente contingentes: percepción, acción y voluntad, que conforman un proceso que nos ayuda a “crear nuevas posibilidades cada vez que se cierra una puerta”.

Para evitar que se nos cierren las puertas, y enfrentar los obstáculos de este nuevo mundo, que está cambiando más de prisa que nunca y que se enfrenta a retos que no tienen precedente, y en donde es prácticamente imposible saber la repercusión que tendrán las complejidades del futuro, Ken Robinson nos indica en su libro “Busca tu elemento” cuál puede ser el camino para enfrentar la complejidad; “La creatividad”.

La creatividad “es el mayor don de la inteligencia humana”. Cuanto más complejo se hace el mundo, más creativos necesitamos ser para afrontar sus retos.

La inteligencia humana es profunda y singularmente creativa, no debemos olvidar que “Vivimos en un mundo configurado por las ideas, las creencias y los valores de la imaginación y la cultura humanas”.

Robinson precisa que “El mundo humano está creado mediante nuestra mente en la misma medida que a partir del medio natural. Pensar y sentir no consisten sólo en ver el mundo tal como es, sino en tener ideas sobre él e interpretar las experiencias para darle sentido. Creamos en sentido literal, los mundos en que vivimos. También podemos recrearlos. Las grandes revoluciones de la historia humana han sido fruto muchas veces de ideas nuevas, de nuevas

formas de ver la realidad que han hecho añicos las viejas certezas. Es el proceso fundamental del cambio cultural”.

Es muy importante que nos percatemos de nuestro potencial creativo, que en parte es cuestión de encontrar nuestro medio, de estar en nuestro elemento.

Pero ¿Qué es el elemento?, “El Elemento es una manera diferente de delimitar nuestro potencial. Se manifiesta de distinta forma en cada persona, pero los componentes del Elemento son universales”.

Es imprescindible para el desarrollo del Ser humano y su bienestar encontrar el elemento, para su éxito a largo plazo y, por consiguiente, para la solidez de nuestras instituciones y la efectividad de nuestros sistemas educativos.

Robinson remarca que “Todos tenemos habilidades e inclinaciones que pueden servirnos de estímulo para alcanzar mucho más de lo que imaginamos. Entender esto lo cambia todo. También nos ofrece la mejor, y quizá única, posibilidad de conseguir el auténtico y perdurable éxito en un futuro muy incierto. Estar en nuestro Elemento depende de que descubramos cuáles son nuestras habilidades y pasiones personales”.

Otro de los aspectos que debemos considerar es nuestra escasa comprensión del potencial que tenemos para crecer y cambiar.

¿Por qué la mayoría de las personas no lo han hecho? Una de las razones más importantes es que la mayoría de la gente tiene una percepción muy limitada de sus propias capacidades naturales, generalmente, la gente parece creer que la vida es lineal, que nuestras capacidades menguan a medida que nos hacemos mayores y que las oportunidades que desaprovechamos las perdimos para siempre. Muchas personas no han encontrado su Elemento porque no comprenden su permanente potencial para renovarse.

Pero además Robinson nos dice que “La educación nos debería ayudar a conseguirlo, pero ocurre muy a menudo que no lo hace y que, por el contrario, a muchas personas las aleja de sus auténticos talentos. Están fuera de su elemento y sin juicio propio en ese sentido. Por último, hay una especie de manía que determina el rumbo de la actual política educativa. En lugar de un debate razonado sobre las estrategias necesarias para afrontar estos enormes retos, hay un mantra que se repite cansinamente sobre como subir el nivel de la enseñanza académica tradicional. Son estos unos niveles pensados para otros tiempos y con otros fines. No conseguiremos navegar por el complejo entorno del futuro si no dejamos de mirar por el retrovisor. Seguir con esa actitud sería una locura”.

Gracias

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