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MI OPINIÓN FINANCIERA DE HOY    

 

ARMANDO VALERDI

avalerdir@hotmail.com

Con la intensión de encontrar respuestas a tantas preguntas que nos hacemos sobre los acontecimientos que estamos viviendo en todo el planeta, seguimos buscando analisis y opiniones que nos ayuden a orientar nuestras decisiones en este nuevo entorno tan complejo en el que hoy vivimos.

Sin duda mucho de lo que acontece produce muchas preguntas, que la mayoría de las veces no tienen respuesta, o cuando menos una respuesta convincente, considerando además que la convivencia de cinco generaciones con visiones de realidad y mundo diferentes hace que cada vez sea más difícil encontrar respuestas comunes que satisfagan a todos, y ayuden a encontrar mejores soluciones a un entorno tan incierto y complejo como el actual.

Al respecto, considero interesante para tratar de entender el mundo que hoy vivimos, recordar lo que José de Souza Silva nos hacía ver a finales del siglo XX, en el trabajo que presento en la “I Conferencia Interamericana de Educación Agrícola Superior y Rural”, organizada por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), realizada en Panamá, 16-19 de noviembre de 1999, con el título de “El Cambio de Época, el Modo Emergente de Generación de Conocimiento y los Papeles Cambiantes de la Investigación y Extensión en la Academia del Siglo XXI”.

Dentro del conjunto de ideas que De Souza menciona muchas de ellas nos ayudaran a entender el entorno actual en el que nos desarrollamos, decidimos y creamos nuestro futuro.

De Souza nos dice, “que una época histórica, que inicio hace cerca de 250 años con la Revolución Industrial, ha empezado su declinación irreversible, por lo que la humanidad asiste al alba de una nueva época, lo que trae consigo un momento de transición en donde la época que está llegando todavía no está clara; por lo que las implicaciones de sus características y contradicciones aun necesitan ser críticamente interpretadas.

De Souza identifica el inicio de este cambio a partir de la década de los años sesenta del siglo pasado, y nos dice (en 1999) que “En las últimas cuatro décadas, la humanidad ha experimentado turbulencias de diferentes órdenes; inestabilidad de muchos procesos ambientales, sociales, económicos, políticos, tecnológicos e institucionales; desorientación de organizaciones cuyos marcos de referencia antes guiaban a los actores sociales, económicos, políticos e institucionales del desarrollo; discontinuidad de prioridades que antes orientaban a iniciativas de inversión y desarrollo; inseguridad de la vida humana y de otras formas de vida sobre el Planeta; e incertidumbre generalizada cuanto al futuro de los ciudadanos, sus organizaciones y sus naciones. En definitiva, estos son los síntomas de un cambio de época, no de una época de cambios”. También menciona que la humanidad “experimenta los efectos del embate dialéctico entre las fuerzas e intereses dominantes de la época vigente, que ya declina irreversiblemente, y las fuerzas e intereses emergentes de la nueva época, que todavía lucha por establecerse”. Al respecto de estas ideas De Souza nos pone en alerta al mencionar que en consecuencia nos encontramos dentro de una vulnerabilidad generalizada.

Lo que hace más visible el cambio de época, según De Souza, es que la humanidad desde la década de los sesenta comenzó cada vez más y de forma generalizada a criticar la vulnerabilidad de la época vigente; al mismo tiempo en que pasó a reivindicar una visión de mundo y un enfoque para el desarrollo que tuvieran el potencial de conducirla a un futuro mejor y más sostenible. Lo que hoy se puede observar es que la humanidad critica de forma irreversible los costos ambientales, sociales y económicos asociados a la naturaleza, rumbo y prioridades del desarrollo. Lo que lleva a que durante un cambio de época las organizaciones y naciones tienen parte de su sostenibilidad erosionada o destruida por los impactos de turbulencias cuyos epicentros de temblores tienen origen fuera y no dentro de ellas. Un nuevo mundo está emergiendo a partir de la coincidencia histórica entre tres procesos que de forma independiente, se iniciaron alrededor de finales de los 60 e inicios de los 70: (i) la revolución en torno a la tecnología de la información; (ii) la crisis económica simultánea en ambos modos de producción—capitalismo y Estatismo, y el intento de ambos de reestructurarse para superarla; y, (iii) la explosión planetaria de movimientos sociales y culturales, tales como los asociados al feminismo, ambientalismo, derechos humanos, etc. Así, los impactos de tres revoluciones—tecnológica, económica y sociocultural—están transformando estructural y simultáneamente las relaciones de producción, las relaciones de poder, la experiencia y la cultura sobre las cuales nuestras sociedades están establecidas.

Con estas ideas De Souza nos clarifica el porqué de nuestro entorno tan complejo e incierto, su documento es rico en el analisis y los conceptos, por lo que recomiendo leerlo y estudiarlo más ampliamente, en este espacio te dejo la inquietud de hacerlo, aun cuando seguiremos analizando.

 

 

 

Gracias

 

 

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