Por Lilia Cedillo
Hola queridos amigos. Cuando están tan próximas las vacaciones uno está ansioso por descansar,
levantarse tarde, desayunar con calma, tirarse a la flojera o ponerse a hacer cosas que teníamos
pendientes. Pero sin lugar a dudas lo que más nos entusiasma es salir de vacaciones a la playa.
Nada como el sol, arena y mar como cantaría el adorado “Luismi” y precisamente de ello vamos a
hablar hoy. A todos nos encanta el sol y exponernos a él cuando vamos a la playa o a un balneario.
Sin embargo todos los excesos son malos y generalmente pagamos nuestro pecado de una manera
dolorosa. En el mejor de los casos empezaremos por ponernos rojos como camarón y acabaremos
con una mega quemadura en el cuello, la espalda o la cara que nos hará decir “no lo vuelvo a
hacer” de hoy en adelante solamente me voy a asolear si llevo filtro solar. Bueno los que son
blanquitos son más susceptibles, los morenazos color llanta, somos más resistentes a las
quemaduras por el sol. Pero finalmente todos independientemente del color de nuestra piel
debemos cuidarnos. Empezaremos diciendo qué onda con las radiaciones, pues bien la luz solar
tiene varios componentes o como dijeran mis colegas químicos el espectro de la luz visible es
amplio (órale me salió lo química que llevo dentro). Uno de los componentes de la luz visible son
los rayos ultra violeta (rayos UV), los cuales tiene un gran poder de penetración y por ello
atraviesan la piel fácilmente. Los rayos UV se clasifican en UVA que es la que radiación UV más
común en la superficie de la tierra y por ello los que tienen mayor probabilidad de penetrar la piel,
los rayos UVB que tienen bajo poder de penetración y son los responsables de transformar la
vitamina D pero además son absorbidos fácilmente por la capa de ozono de la atmósfera y por
ello no causan tanto daño a nuestra piel y los rayos UVC que son los más dañinos para nuestras
células pero que para fortuna nuestra los absorbe también la capa de ozono. Pero aunque la
madre naturaleza siempre nos quiere proteger, existe un pequeñito problema, nosotros necios
nos hemos encargado con nuestras acciones de destruir la capa de ozono y por ello actualmente
en varios países o continentes donde está la llamada mancha de ozono las personas están sobre
expuestas a la radiación UV (por ejemplo el continente australiano). Bueno pues la luz UV puede
causar desde quemaduras que causen daño o muerte a nuestras células de la piel (por ello nos
despellejamos después de una quemadura), hasta el temible cáncer de piel. Existen varios tipos de
cáncer de piel, el cáncer basocelular , el cáncer espinocelular y el melanoma que es el más
peligroso, es necesario decir que si el cáncer de piel es detectado a tiempo el pronóstico es mucho
mejor, los dos primeros tienen cura. De todo esto nos queda claro que no debemos exponernos
irracionalmente a los rayos de sol y que debemos protegernos en particular de la radiación UV,
algunos países emiten diariamente una alerta en la que así como el pronóstico del clima
pronostican diario el índice de UV que nos dice qué tan peligroso será exponernos al sol el día
siguiente, la escala en la que se mide tal índice es de 1 a 15, donde entre el valor, mayor es el
riesgo que corremos. Es muy importante que usemos un filtro solar adecuado, por ejemplo los que
contienen FPS tienen un número por ejemplo 15, 50, 100, etc. Pues ese numerito lo que significa
es el tiempo en minutos que estaremos protegidos si nos exponemos al sol así un filtro FPS 100
nos protegerá 100 minutos y si vamos a permanecer más tiempo tenemos que volver a aplicar el
filtro. Bueno ahora sí ya bien protegidos vamos a la playa y dejemos que el sol solamente ejerza su
efecto de amansa locos entre nosotros y no dañe nuestras células de la piel.
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